CREEMOS
¿Sabes cuando ves a una persona necesitada con un cartel en la mano?
Tendemos a sentirnos incómodos y apartamos la mirada.
En el Centro Life, enseñamos a las personas a interactuar con los necesitados y a servirles, de modo que nos sintamos impulsados a conectar con ellos y a encontrarnos con ellos allí donde están.
SER TORPEMENTE VULNERABLE
Muchos de nosotros proyectamos una imagen positiva y de éxito a los demás, a pesar de nuestras luchas.
Sin embargo, mantener las apariencias puede impedirnos servir bien a los demás.
Los que tienen menos recursos -los que no pueden ocultar su quebranto con dinero o a puerta cerrada- pueden convertirse en «menos que» en nuestras mentes.
En el Centro de Vida, luchamos contra esta tendencia siendo incómodamente vulnerables unos con otros.
Admitimos que todos estamos un poco necesitados, lo que nos permite servir a los demás con humildad.
SER "SALTY%
En el Centro Vida, queremos que cada interacción esté «salpicada de sal» para que todos los que entren por nuestras puertas salgan sedientos de Jesús.
Esto significa que buscamos la relación con cada persona, nos encontramos con ella donde está y le señalamos intencionadamente a Jesús con palabras y acciones.
Queremos que la gente «saboree» la diferencia que Jesús marca en las vidas de quienes le siguen.
TENDIENDO PUENTES ENTRE CULTURAS
Reconocemos que cada clase económica tiene sus propias normas culturales, valores y visión del mundo.
A veces, estos valores diferentes pueden provocar choques culturales entre grupos.
Alguien en situación de pobreza, por ejemplo, está en «modo supervivencia» y ve el tiempo, el dinero y las relaciones de forma muy diferente a alguien de clase media o acomodada.
Nos esforzamos por comprender y tender puentes entre estas culturas, convencidos de que cada grupo tiene algo valioso que aprender del otro.
LUCHAR CONTRA EL "MODO ARREGLO"
Muchos de nosotros tenemos la tentación de ponernos a «arreglarlo todo» cuando nos piden ayuda.
Sin embargo, escuchar y hacer preguntas suele ser el mejor punto de partida.
Permitir que alguien comparta su historia no sólo le honra, sino que también nos ayuda a reunir las herramientas adecuadas para apoyar su crecimiento.
Cuando vamos más despacio para escuchar, también empezamos a ver al individuo como una persona, no como una lista de problemas que hay que arreglar.
RECONOCER NUESTRA PROPIA NECESIDAD
A menudo pensamos que las «personas necesitadas» son las que carecen de alimentos, ropa o cobijo.
En el Centro Life, estamos aprendiendo que hay muchos tipos de pobreza: relacional, espiritual, emocional y más.
Todos experimentamos necesidades en nuestras vidas, lo que significa que todos estamos en igualdad de condiciones, ya sea ayudando a otra persona o siendo ayudados nosotros mismos.
BUSCANDO LA SOSTENIBILIDAD
Frases como «¡Consigue un trabajo!» o «¿Por qué no te recompones?» pueden ser paralizantes para quienes buscan ayuda.
En el Centro Life, entendemos que el éxito es diferente para cada persona: ¡no todo el mundo está destinado a ascender por la escalera corporativa o a tener una casa con una valla blanca!
Independientemente de dónde se encuentre un cliente en su viaje, nuestro objetivo es asegurarnos de que pueda mantenerse sin depender de nosotros para sobrevivir.
Esto significa que intentamos constantemente encontrar trabajo.
ESTABLECER LÍMITES
Muchos de nosotros -especialmente los seguidores de Jesús- queremos ayudar sin límites.
Por desgracia, estas buenas intenciones pueden paralizar a la misma persona a la que intentamos ayudar.
En el Centro Life, creemos que mostrar amor y poner límites no son contradictorios.
Más bien, ponemos límites porque queremos a las personas.
Expresar las expectativas nos ayuda a evitar la falta de comunicación y anima a nuestros clientes a participar activamente en su propio crecimiento.
VALORIZAR EL TRABAJO
Creemos que Dios instituyó la idea del trabajo, y que es buena y saludable.
También somos conscientes de que las personas, especialmente las necesitadas, se sienten más respetadas cuando no reciben una limosna.
Por eso, tanto si eres voluntario como si ganas algo con nuestro programa Work-2-Earn, queremos que experimentes los beneficios del trabajo.
Rezamos para que la sensación resultante de logro y autoestima fomente el crecimiento en otras áreas de la vida.
DELEITARSE CON LAS DIFERENCIAS
Las diferencias pueden dividir.
Sin embargo, estamos aprendiendo no sólo a aceptar las diferencias, sino también a deleitarnos con ellas.
Nuestros clientes aportan una perspectiva y una cultura únicas al Centro de Vida, y a menudo nos asombran con su generosidad, creatividad y autenticidad.
Hay mucho que aprender de nuestros amigos, y queremos celebrar lo que aportan.
OBTENER LA IMAGEN COMPLETA
A veces, compartimentamos nuestras vidas como una tarta: una porción para la familia, otra para las finanzas, otra para la espiritualidad, etc.
Cuando intentamos ayudar a otra persona, puede resultar tentador centrarnos sólo en una porción de su «tarta».
Sin embargo, podemos apoyar a los demás con mayor eficacia si obtenemos una imagen completa de su experiencia: la espiritual, la emocional, la mental, la relacional, la física y la material.
Reconocer que cada parte del pastel afecta a las demás nos ayuda a evitar soluciones superficiales que no abordan los factores subyacentes.
VER LAS OBRAS MAESTRAS DE DIOS
Tú, yo, el hombre que sostiene un cartel de cartón y la mujer que arrastra a un niño pequeño gritando por el supermercado tenemos algo en común: todos fuimos creados por Dios.
Nadie fue creado accidentalmente o sin propósito.
De hecho, ¡somos obras de arte de Dios!
Elegir vernos unos a otros de esta manera nos ayuda a reconocer el valor inherente de cada persona, independientemente de su apariencia, sus éxitos o sus fracasos.
SERVICIO DE REENCUADRE
Creemos que servir a los demás no es simplemente una tarea que añadir a nuestros calendarios.
En el Centro Vida, definimos el servicio como disfrutar de un aspecto de Dios y ponerlo en práctica en el mundo que nos rodea.
Esto significa que podemos acudir a Dios, reflexionar agradecidos sobre una de Sus características (como Su paciencia hacia nosotros), y sentirnos capacitados para mostrar ese atributo hacia los demás.
El servicio no es sólo una acción que realizamos: ¡es dedicar tiempo a disfrutar de nuestro Creador y llevar «cubos de Dios» a los demás!
LUCHA CONTRA LA MENTALIDAD DE SUPERVIVENCIA
Muchos de nuestros clientes son muy resistentes.
Aunque admiramos su tenacidad para sobrevivir, también sabemos que Dios nos diseñó para algo más que para salir adelante.
Animamos a nuestros clientes a que superen el modo de supervivencia y se conviertan en la persona que Dios les hizo ser: alguien que pueda utilizar y desarrollar sus dones, establecer conexiones sanas con los demás y conocer a su Creador.
DAR LO MEJOR DE NOSOTROS, NO LAS SOBRAS
Nuestros amigos sin techo suelen ser vistos por la sociedad como ciudadanos de segunda clase y, en consecuencia, a menudo reciben artículos de segunda mano.
Creemos que nuestros clientes se merecen algo más que las sobras de otra persona, por eso muchos de nuestros programas proporcionan artículos de aseo, calcetines, ropa interior y otros suministros nuevos.
Nunca queremos que nuestros clientes se sientan de segunda categoría, por lo que afirmamos su valor inherente ofreciéndoles artículos sin usar y de calidad cuando es posible.
ENTENDER NUESTRO PAPEL
Entendemos que no podemos curar todas las heridas ni satisfacer todas las necesidades, ni debemos intentarlo.
Nuestro objetivo no es convertirnos en el todo para nadie.
Más bien queremos capacitar a nuestros clientes para que sean dueños de su propio crecimiento.
Esto implica colaborar con otras organizaciones, poner límites y confiar en Dios para que haga el trabajo transformador que sólo Él puede hacer en las vidas de los demás.
POR QUÉ SERVICIO
Porque es lo que estamos llamados a hacer.
Es tan sencillo como eso.
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